La agricultura, junto con las grandes subvenciones concedidas por la Unión Europea, es la mayor fuente de ingresos para la isla, especialmente en verano, cuando hay una menor afluencia de turismo.
Los valles profundos del norte de la isla, así como los cráteres del sur, no son cultivables, por esto el terreno cultivable de la isla es muy limitado. Aunque La Palma posee unas condiciones climáticas perfectas para la agricultura, el abastecimiento de agua es a menudo problemático. En el pasado, se dio el monocultivo del plátano, lo que agravó el problema, ya que este cultivo necesita un aporte de agua diez veces mayor que cualquier otro tipo de cultivo. El tamaño pequeño del plátano canario unido a su alto precio no encaja en los estándares mercantiles mundiales, por lo que su producción está bajando. Como ya ocurrió antes con la caña de azúcar y el vino de La Palma, el plátano puede producirse mejor y más barato en otras regiones del mundo. Aunque se aportaron subvenciones por parte del gobierno, las políticas en este sentido cambiaron, y muchos agricultores cambiaron su producción hacia el aguacate y la papaya. Algunos agricultores cultivan patatas y tomates, pero estos cultivos tampoco resultan competitivos. No deja de ser una ironía el hecho de que la mayoría de productos agrícolas sean importados del exterior.
La falta de agua y de terrero cultivable hacen que el cultivo de forma intensiva en La Palma sea más caro que en otras regiones, a la vez que existe un grave problema de contaminación del suelo por el uso de pesticidas en el pasado. El proceso de eliminar el uso de pesticidas ha sido lento y ciertas áreas aun necesitarán décadas para regenerarse. Las tierras fértiles y libres de químicos son un bien escaso pero la conciencia medioambiental ha crecido, lo que aporta esperanza para el futuro. Este proceso era necesario desde hace tiempo, ya que casi un tercio de los puestos laborales están unidos a la agricultura y todavía es el sector económico más importante.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los visitantes que venían a la palma eran mayormente ingleses, abriéndose el primer hotel en 1890. Tan sólo unas décadas después, la situación económica empeoró y en la década de los 60, no existía el turismo en la isla. Las reformas y aperturas políticas ocurridas a finales de la década de los 70, y especialmente el fin de la dictadura del general Franco, hicieron que la palma se viera beneficiada del turismo de masas de Tenerife y Gran Canaria.
La expansión aeroportuaria, con la presencia de aerolíneas internacionales, hicieron que el turismo aumentara en La Palma. El perfil medio del turista que llega a la Palma son particulares de nivel económico medio-alto, no existiendo el turismo de masas. La ausencia de hoteles y complejos vacacionales ha fomentado la existencia de pequeñas casas de vacaciones y casas de alquiler. Muchas casa antiguas han sido restauradas para ofrecer alojamiento como casas de turismo rural. La mayoría de estas casas las encontramos en el norte o apartadas de entornos urbanos, aumentando así los alojamientos en la isla y el cuidado del medio ambiente.
La mayoría de los turistas aun prefieren las playas del oeste en Puerto Naos, cercano a Los Llanos, o Los Cancajos, en el este de la isla. El gobierno de la isla fomenta el crecimiento del turismo, pero algunos grupos ecologistas se sitúan en contra de la construcción de hoteles y nuevos alojamientos, basando su protesta en el problema de la escasez de agua.
Paralelamente al turismo y la agricultura, existe una presencia de artesanos y pequeños productores en la isla. La mayoría son empresas pequeñas que procesan productos agrícolas o proveen material de construcción. El sector de la construcción también podría haberse visto beneficiado por el creciente turismo de los años pasados.
En cuanto a la exportación, el sector más dominante es la agricultura, pero el impacto comercial es bastante negativo. Mientras que el 70% de los productos agrícolas son importados, el porcentaje es aún mayor cuando nos referimos a productos animales y otros artículos como coches, gasolina y bienes de consumo.
La mayor parte del agua de lluvia se pierde al acabar deslizándose hacia el mar. Aunque existen algunas lagunas artificiales para albergar agua, no existen superficies de agua. Debido a que el nivel de agua subterránea disminuyó rápidamente, no existen prácticamente pozos de agua, y las necesidades de agua por parte de la agricultura son enormes. En definitiva, el agua es un factor económico y la escasez de agua es un problema considerable en La Palma.
La red de carreteras de La Palma es de aproximadamente 1.200 km y se encuentra en buenas condiciones, aunque con presencia de muchas curvas. Sólo en el norte de la isla podemos encontrar lugares o pueblos que no están conectados con la carretera principal. La isla cuenta con tres carreteras principales: Una carretera circular (LP-1 y LP-2), de 180 km, que rodea la isla (Santa Cruz–Los Cancajos–Mazo–Fuencaliente–Los Llanos–Tijarafe–Puntagorda–Barlovento–San Andrés–Puntallana–Santa Cruz); Otra carretera que atraviesa dos túneles, y conecta el este con el oeste desde Los Llanos a Los Cancajos. Una tercera carretera conecta el este con el noroeste (LP-4), pasando por el punto más elevado de la isla, el Roque de los Muchachos.
Existe una red de transporte público que opera en toda la isla, pero algunas líneas tan sólo ofrecen unos pocos servicios al día.
La bahía de Santa Cruz es usada como puerto desde la llegada de los conquistadores españoles. En la actualidad, operan varios ferrys diarios que conectan la Palma con otras islas y con la península ibérica. En el pasado, el puerto de Tazacorte, en el lado oeste, también recibió la llegada de ferrys.
El actual aeropuerto se construyó en 1970, desapareciendo el antiguo situado en Breña Alta. Después de la renovación en 1987, Santa Cruz de La Palma (SPC) se convirtió en el sexto aeropuerto internacional de Canarias. Desde La Palma operan vuelos diarios durante todo el año a Tenerife, Gran Canaria y Madrid, así como a otros destinos. Desde las obras de renovación que se realizaron en 2011, con una nueva terminal y un edificio de aparcamientos, el aeropuerto de La Palma está preparado para cualquier desarrollo futuro.
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